Uno ha de tener mucho cuidado con lo que desea, la vida es una caja de sorpresas y no todos los sueños se roncan, algunos pueden hacerse realidad y salpicarnos una verdad que desconocíamos. Es muy probable que la protagonista de nuestra leyenda de hoy pensara de esa manera tras su breve paso por la industria del cine.
Como muchas actrices, Candance vivió bajo los videos y posters de las celebridades de la época, soñando con algún día ella protagonizar algún film. Después de tres años en la universidad de Iowa, Candance estudió interpretación en American Theatre Wing (Nueva York).
La gran oportunidad de la joven llegó con un guión en el que protagonizar una película de terror: El Carnaval de las Almas. En América, es considerada una película de culto que todos los Halloweens algún canal de televisión repone. Rodada en 1962, la película tiene una gran cantidad de adeptos y está considerada como uno de los films revolucionarios dentro del género de terror.
Directores como David Lynch o George A. Romero han declarado ser entusiastas de la película y haber sido objeto de inspiración para sus posteriores obras.
La película juega con el mundo onírico y escenas de fantasmas perturbadoras. Cuenta la historia de una joven que, tras sobrevivir a un aparatoso accidente, comienza a ser testigo de hechos inexplicables y extrañas apariciones.
Para Candance, el rodaje de esta película supuso un arduo esfuerzo que, muchos años después, ha decidido contar en diferentes entrevistas. Su relato no tiene desperdicio y nos muestra una visión desde dentro del rodaje de una película de terror...
"Recuerdo la noche que tuve por primera vez el guión en mis manos, me senté y me dispuse a leerlo. Cuando llegué a la página diez, lo volví a empezar, y así tres veces seguidas. No entendía de qué iba aquella historia. Llamé a un amigo para que lo leyesemos juntos y me lo explicara. Me pareció una historia muy enrevesada pero bueno, yo ya me había comprometido".
"El rodaje fue muy pesado, la gente que trabaja en una película de terror siempre están hablando de cosas de miedo, no sé, son bastante pesados con el tema. Recuerdo que siempre venían a mí para que les contase si había vivido algún suceso extraño en mi vida. Yo les miraba sorprendida de que una posible respuesta les diese tanto interés y les decía que me dejaran en paz, que yo no creía en esas cosas".
"El rodaje fue como volver al instituto, todos querían hacerse mis amigos y siempre se estaban inventando cenas o eventos cuando terminaba el rodaje. No me importa divertirme, pero no sé, yo tenía vida más allá de aquella película."
"Una chica muy simpática nos contó una experiencia rara que le había pasado pero lo siento, no le prestaba atención cuando hablaba y no recuerdo de qué iba la historia".
Para Candance, el rodaje fue largo y duro. La actriz no se sociabilizó mucho con sus compañeros de rodaje y pasaba largos tiempos sola, quizás deseosa de terminar la jornada laboral. Pese a que está satisfecha con el producto final y que la película siga siendo una obra de culto a día de hoy, recuerda la experiencia de manera agría. Además, la actriz cuenta que aquello le influyó mucho en su vida personal...
"No podía llamar a mis amigas, me ponían de mal humor. Si estaba al teléfono con alguien que se sentía bien en su trabajo y la jornada se le hacía corta, yo me ponía fatal por no estar igual. Mis amigas ya sabían que no podían hablar de sus trabajos porque les colgaba y ahí se quedaban, hablando solas. Me entristecía mucho mi trabajo."
"A mi madre le mentí, no le dije que estaba haciendo una película. Yo le conté a mi madre que estaba haciendo un anuncio para la tele. Cuando me preguntó si lo iban a emitir ya, le dije que ni idea, que a saber..."
Durante el rodaje, la actriz estuvo a punto de abandonar. Según cuenta la actriz, tardó días en decidirse que iba a estar allí hasta el final. La joven se sentía muy decepcionada de cómo era un rodaje de verdad y, sobretodo, rodar una película de miedo.
"Yo pensé que rodar una película de terror estaría bien por sentir algo de miedo, ya sabes, que uno se sugestione. Eso no me pasó, las escenas las cortan cuando una siente un poco de susto y como conoces a los actores que hacen de fantasmas, pues ya no te crees que sea de verdad. Me decepcionó mucho, pensé que iba a pasar miedo y no, aquello sólo era actuar."
"Recuerdo que el director me comentó una vez que no parecía lo suficientemente asustada en la pantalla, que debía de creérmelo más. Yo estuve mucho tiempo pensando cómo solucionar aquello, así que me imaginaba que aquel rodaje se prolongaría y conseguía esa cara de espanto, pensar en pasar un minuto más con ellos me ponía enferma."
"Lo que peor llevé fue las escenas en las que me ensuciaba, con el traje mojado y manchado de barro. Aquello fue muy duro, creo que el espectador ya se imagina que si has tenido un accidente o tu coche ha caído al agua, es normal que salgas mojada o manchada, por lo tanto, no hace falta escenificarlo si el público ya lo da por hecho. Lo pensé y se lo comenté al director, pero no hubo manera, así que hice la escena pero ya no les hablé durante el resto del día. Pasé frio y me puse de muy mal humor, estaba siendo la peor tarde de mi vida".
"No me gustaba mi personaje, es duro decirlo, pero no iba nada conmigo. Sé que es arriesgado decir algo así a tu director pero yo se lo dije. Mi personaje era pianista de iglesia, ¿tengo yo pinta de tocar el piano en las iglesias?, es normal que la chica que interpreto acabara viendo fantasmas, yo también lo haría si pasara todos los sábados por la tarde en una iglesia".
Uno de los momentos más tensos en la corta trayectoría de Candance en la industria del cine fueron las críticas que tuvo por su interpretación. Pese a que algunos admiraron su trabajo, otros la atacaron duramente. Uno de ellos se atrevió a decir que Candance ponía cara de imbecil en algunas escenas de la película. Aunque le molestó que fuese insultada, la actriz reconoce que no se sorprendió.
"La única cosa que a mi me podría dar miedo de aquel rodaje era que creyeran que aquello era vendible. Yo entiendo a los que me criticaron, si ya lo decía yo, cuando una no está cómoda con lo que hace eso se nota en el resultado final. Yo creo que simplemente me acomodé a la baja calidad o rendimiento que aquello requería."
Candance cuenta que su cara se desencajó cuando, un año más tarde de haber estrenado esta película, le ofrecieron un nuevo papel para una película de terror. Es probable que aquel segundo rodaje no fuese de su agrado, ya que la actriz resume lo que para ella significó el rodaje de su segunda obra (Estigma macabro, 1964): "Otra que tal".
Sorprendentemente, Candance Hilligoss fue propuesta para interpretar la versión de 1976 de King Kong (quien finalmente fue escogida Jessica Lance). Pese a que hubiese sido una buena oportunidad para la actriz, ella tardó muy poco en rechazar la oferta: "Me apresuré a decirles que no, es una película cuyo papel femenino no tiene fuerza y carecía de interés para mí".
Tras rodar El Carnaval de las Almas y Estigma macabro, Candance Hilligoss dejó el mundo del cine y se dedicó a otros asuntos. Cuentan que posibles afirmaciones como estas cerraron puertas a la actriz, tal vez por haber sido algo desconsiderada con los que alguna vez decidieron apostar por ella.
La gran oportunidad de la joven llegó con un guión en el que protagonizar una película de terror: El Carnaval de las Almas. En América, es considerada una película de culto que todos los Halloweens algún canal de televisión repone. Rodada en 1962, la película tiene una gran cantidad de adeptos y está considerada como uno de los films revolucionarios dentro del género de terror.
Directores como David Lynch o George A. Romero han declarado ser entusiastas de la película y haber sido objeto de inspiración para sus posteriores obras.
La película juega con el mundo onírico y escenas de fantasmas perturbadoras. Cuenta la historia de una joven que, tras sobrevivir a un aparatoso accidente, comienza a ser testigo de hechos inexplicables y extrañas apariciones.
Versión coloreada, la película original es en blanco y negro
Para Candance, el rodaje de esta película supuso un arduo esfuerzo que, muchos años después, ha decidido contar en diferentes entrevistas. Su relato no tiene desperdicio y nos muestra una visión desde dentro del rodaje de una película de terror...
"Recuerdo la noche que tuve por primera vez el guión en mis manos, me senté y me dispuse a leerlo. Cuando llegué a la página diez, lo volví a empezar, y así tres veces seguidas. No entendía de qué iba aquella historia. Llamé a un amigo para que lo leyesemos juntos y me lo explicara. Me pareció una historia muy enrevesada pero bueno, yo ya me había comprometido".
"El rodaje fue muy pesado, la gente que trabaja en una película de terror siempre están hablando de cosas de miedo, no sé, son bastante pesados con el tema. Recuerdo que siempre venían a mí para que les contase si había vivido algún suceso extraño en mi vida. Yo les miraba sorprendida de que una posible respuesta les diese tanto interés y les decía que me dejaran en paz, que yo no creía en esas cosas".
"El rodaje fue como volver al instituto, todos querían hacerse mis amigos y siempre se estaban inventando cenas o eventos cuando terminaba el rodaje. No me importa divertirme, pero no sé, yo tenía vida más allá de aquella película."
"Una chica muy simpática nos contó una experiencia rara que le había pasado pero lo siento, no le prestaba atención cuando hablaba y no recuerdo de qué iba la historia".
Para Candance, el rodaje fue largo y duro. La actriz no se sociabilizó mucho con sus compañeros de rodaje y pasaba largos tiempos sola, quizás deseosa de terminar la jornada laboral. Pese a que está satisfecha con el producto final y que la película siga siendo una obra de culto a día de hoy, recuerda la experiencia de manera agría. Además, la actriz cuenta que aquello le influyó mucho en su vida personal...
"No podía llamar a mis amigas, me ponían de mal humor. Si estaba al teléfono con alguien que se sentía bien en su trabajo y la jornada se le hacía corta, yo me ponía fatal por no estar igual. Mis amigas ya sabían que no podían hablar de sus trabajos porque les colgaba y ahí se quedaban, hablando solas. Me entristecía mucho mi trabajo."
"A mi madre le mentí, no le dije que estaba haciendo una película. Yo le conté a mi madre que estaba haciendo un anuncio para la tele. Cuando me preguntó si lo iban a emitir ya, le dije que ni idea, que a saber..."
Durante el rodaje, la actriz estuvo a punto de abandonar. Según cuenta la actriz, tardó días en decidirse que iba a estar allí hasta el final. La joven se sentía muy decepcionada de cómo era un rodaje de verdad y, sobretodo, rodar una película de miedo.
"Yo pensé que rodar una película de terror estaría bien por sentir algo de miedo, ya sabes, que uno se sugestione. Eso no me pasó, las escenas las cortan cuando una siente un poco de susto y como conoces a los actores que hacen de fantasmas, pues ya no te crees que sea de verdad. Me decepcionó mucho, pensé que iba a pasar miedo y no, aquello sólo era actuar."
"Recuerdo que el director me comentó una vez que no parecía lo suficientemente asustada en la pantalla, que debía de creérmelo más. Yo estuve mucho tiempo pensando cómo solucionar aquello, así que me imaginaba que aquel rodaje se prolongaría y conseguía esa cara de espanto, pensar en pasar un minuto más con ellos me ponía enferma."
"Lo que peor llevé fue las escenas en las que me ensuciaba, con el traje mojado y manchado de barro. Aquello fue muy duro, creo que el espectador ya se imagina que si has tenido un accidente o tu coche ha caído al agua, es normal que salgas mojada o manchada, por lo tanto, no hace falta escenificarlo si el público ya lo da por hecho. Lo pensé y se lo comenté al director, pero no hubo manera, así que hice la escena pero ya no les hablé durante el resto del día. Pasé frio y me puse de muy mal humor, estaba siendo la peor tarde de mi vida".
"No me gustaba mi personaje, es duro decirlo, pero no iba nada conmigo. Sé que es arriesgado decir algo así a tu director pero yo se lo dije. Mi personaje era pianista de iglesia, ¿tengo yo pinta de tocar el piano en las iglesias?, es normal que la chica que interpreto acabara viendo fantasmas, yo también lo haría si pasara todos los sábados por la tarde en una iglesia".
Uno de los momentos más tensos en la corta trayectoría de Candance en la industria del cine fueron las críticas que tuvo por su interpretación. Pese a que algunos admiraron su trabajo, otros la atacaron duramente. Uno de ellos se atrevió a decir que Candance ponía cara de imbecil en algunas escenas de la película. Aunque le molestó que fuese insultada, la actriz reconoce que no se sorprendió.
"La única cosa que a mi me podría dar miedo de aquel rodaje era que creyeran que aquello era vendible. Yo entiendo a los que me criticaron, si ya lo decía yo, cuando una no está cómoda con lo que hace eso se nota en el resultado final. Yo creo que simplemente me acomodé a la baja calidad o rendimiento que aquello requería."
Candance cuenta que su cara se desencajó cuando, un año más tarde de haber estrenado esta película, le ofrecieron un nuevo papel para una película de terror. Es probable que aquel segundo rodaje no fuese de su agrado, ya que la actriz resume lo que para ella significó el rodaje de su segunda obra (Estigma macabro, 1964): "Otra que tal".
Sorprendentemente, Candance Hilligoss fue propuesta para interpretar la versión de 1976 de King Kong (quien finalmente fue escogida Jessica Lance). Pese a que hubiese sido una buena oportunidad para la actriz, ella tardó muy poco en rechazar la oferta: "Me apresuré a decirles que no, es una película cuyo papel femenino no tiene fuerza y carecía de interés para mí".
Tras rodar El Carnaval de las Almas y Estigma macabro, Candance Hilligoss dejó el mundo del cine y se dedicó a otros asuntos. Cuentan que posibles afirmaciones como estas cerraron puertas a la actriz, tal vez por haber sido algo desconsiderada con los que alguna vez decidieron apostar por ella.
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